En su origen, la heráldica se desarrollo sobre los escudos que formaban parte de la impedimenta de los distintos guerreros medievales. Se blasonaban escudos de varias formas y tamaños, no siendo extraños los escudos de guerreros de a pie, estrechos y altos, con unas proporciones tan adecuadas para cubrir su cuerpo como incómodas para lograr cierta estética en la ordenación de un blasón completo. De ahí que la heráldica se fuese confinando a escudos mucho más compactos, propios de la caballería, que permitían una mejor representación de sus elementos. y cuyas proporciones se expresan por la necesidad del guerrero de a caballo de manejar su escudo incluso por encima de la cabalgadura. La normalización tiende a cinco de ancho por seis, siete a lo sumo, de alto.
Para construir nuestro propio blasón, bien sea para una familia noble, una orden militar o de caballería o simplemente el escudo de un lugar olvidado, como un castillo o una fortaleza, antes de pintar el escudo hay que saber las proporciones que tiene que tener. El siguiente dibujo muestra una forma esquemática con las medidas y proporciones. Intentaremos que tenga 5 de ancho y seis de alto.
BIBLIOGRAFÍA
Taller de Heráldica, como diseñar y describir un escudo. Juan Antonio Vivar de Riego.
Heráldica. Julio Olmedo Álvarez, Joaquín Díaz Vallés, Prof. García Bermejo. Editorial Perea, [1989-1999].
Heráldica española : el diseño heráldico. Luis F. Messía de la Cerda y Pita. Editorial Edimat, D.L. 1998