El suplicio del agua


Entre los suplicios más atroces estaba, y está, el del agua. La victima es inclinada con los pies hacia abajo y obligada a engullir inmensas cantidades, generalmente por medio de un embudo en la boca mientras la nariz era tapada, lo cual fuerza a tragar todo el contenido del embudo antes de poder respirar una bocanada de aire. Sólo el terror de la asfixia repetida infinitas veces, es de por sí un tormento angustioso.

Torture of Brinvilliers, 17th Century

Cuando el estómago se distiende se hincha de manera grotesca, se inclina la victima con la cabeza hacia abajo, la presión contra el diafragma y el corazón ocasiona estados de sufrimientos inimaginables, sufrimientos que el verdugo aumenta golpeando el abdomen.

Este tratamiento se aplica ampliamente hoy en día porque es fácil de suministrar y no deja marcas delatoras.


BIBLIOGRAFÍA

Museo de la Tortura. Santillana del Mar.

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