El sasquatch


Monstruo fabuloso, híbrido de ser humano y mono, por lo general muy corpulento y peludo, que vive supuestamente en lugares montañosos o boscosos muy aislados en los que ha sido avistado muy raramente por el hombre.1368722565_sasquatch[1]

La mayoría de las tradiciones los describen como seres antropomorfos de gran corpulencia, por lo común de entre dos y tres metros de estatura, y con un peso estimado entre los doscientos y trescientos kilogramos. Se dice que están cubiertos de un pelo lacio y fuerte, de color castaño oscuro, que únicamente en el rostro deja paso a un vello algo menos poblado. Su cabeza es ovalada y puntiaguda, con frente pronunciada, ojos hundidos, mandíbulas muy poderosas, y facciones a mitad de camino entre las humanas y las simiescas. Sus brazos son largos y muy fuertes, y caminan por lo general erguidos, aunque con una inclinación hacia adelante más pronunciada que la del hombre. Sus espaldas son anchas y fuertes, al igual que sus piernas, y sus pies desnudos suelen dejar huellas visibles. Desprenden un olor nauseabundo, muy fuerte y característico. No tienen lenguaje, y se comunican mediante gritos y gruñidos. Rehuyen la presencia humana, son escasamente agresivos, no visten indumentarias manufacturadas, y desconocen la forma de hacer fuego y las técnicas agrícolas y ganaderas.cryptosearch2[1]


Tipologías según las tradiciones

Bigfoot o Piegrande: Es un ser fabuloso, nativo de los bosques norteamericanos.

Yeti o Abominable Hombre de las Nieves: Nativo de las estribaciones montañosas del Himalaya (India, China, Nepal).  Según los nativos del Himalaya, los yetis comen insectos, ratones, aves, vegetales, y sólo en ocasiones muy contadas pueden capturar y comer ciervos o yaks jóvenes y de poco tamaño. Según algunas tradiciones tibetanas, existen diversos tipos de yetis. Los nyalmo son carnívoros gigantes de más de cuatro metros de altura, que viven en cuevas a más de 3.900 metros de altura; los rimi miden en torno a dos metros y medio y viven entre los 3.000 y los 3.900 metros; y, finalmente, los rackshi bompo tienen una estatura menor, similar a la humana, y según algunos, son hijos de los rimi.hqdefault[1]

Almas: Nombre genérico que se da, particularmente en Mongolia, a un monstruo fabuloso que supuestamente habita en algunos territorios de las estepas y de los montes del centro de Asia. Las creencias en hombres monstruosos de este tipo están extendidas, además de por el Himalaya, por todo el Asia central, por territorios de China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistan, y alcanzan incluso al Cáucaso y a Siberia. El nombre de «almas» es una generalización tipológica, ya que, en sentido estricto, sólo se utiliza en algunas zonas de Mongolia, mientras que en el resto de las tradiciones asiáticas hay muchos otros nombres para denominar a este tipo de seres. Entre ellos están los de Hü Har Göröös («Bestia Humanoide Negra»), Snezhnyy Chelovek («Hombre de la Nieve»), Gul’biyavan («Hombre Salvaje»), Zhapayy Kishi («Hombre Salvaje»), Chuchunaa, Dev, Kaptar, y muchos más. Además, en cada tradición local este ser puede estar revestido de atributos físicos y morfológicos muy variables.

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Yahoo: Nombre genérico que se da en Australia a un monstruo fabuloso que supuestamente habita en algunos territorios muy aislados e inaccesibles del interior y del sureste del continente, especialmente de los territorios de Nueva Gales del Sur y de Queensland.

Wéndigo: Monstruo caníbal de la mitología de los indios algonquinos de Norteamérica.

Towis: Monstruo gigantesco y caníbal, descrito en diversos documentos de finales del siglo XVIII, que se suponía habitaba en los territorios más aislados e inaccesibles de las riberas del río Santa Ana, en el sur de California.

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Sisemite: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en los bosques y selvas de Guatemala. Es un ser con rasgos híbridos de hombre y de mono, muy corpulento y peludo, de brazos largos y espaldas y piernas muy anchas. También se decía de él que carecía de cuello, y que sus manos eran muy anchas, igual que las plantas de sus pies, con las que solía dejar huellas gigantescas. Muchas leyendas le atribuyen la capacidad de andar al revés, o con las plantas de los pies en dirección opuesta adonde en realidad caminaba, con el objeto de confundir a sus perseguidores.

Dwendi: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en los bosques y selvas de Belice, en Centroamérica. Se decía de los dwendis que estaban cubiertos de un pelaje muy espeso de color pardo, y que su rostro era achatado y simiesco. Entre las acciones que se les atribuían estaban las de perseguir perros y hacer pequeños robos en las propiedades humanas.

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Didi: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en los bosques y selvas de Venezuela. Según las leyendas venezolanas, los didis tenían una estatura inferior a los 150 centímetros, y un aspecto muy parecido al de los monos. El explorador alemán Alexander Von Humboldt escuchó, en el siglo XVIII, diversos relatos acerca de ellos en sus expediciones por el Orinoco.

Mapinguary: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en las selvas de Brasil. Se le atribuye un grado de inteligencia que se aproxima más al de los seres humanos, ya que se le atribuye la capacidad para construir arcos y flechas y capturar animales mediante la caza. Es muy probable que esta leyenda surgiera simplemente cuando las comunidades en cuyo seno se transmite avistaron alguna tribu de indios desconocida para ellos.

Ucamar: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en los territorios rurales del norte de la Argentina. Camina erguido, aunque con bastante lentitud y torpeza, y es muy aficionado a comer payo, una planta parecida a la col. Entre sus actividades favoritas están las de asustar al ganado y a los animales domésticos, robar en las propiedades humanas, y en ocasiones incluso atrapar a personas. Algunas tradiciones señalan que la mejor forma para librarse de él en estos casos es orinándole encima.

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Agogwe: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en los bosques y selvas del centro de África. En realidad, el de agogwe es uno de los innumerables nombres que, en cada tradición local del centro de África, puede tener el prototipo de hombre salvaje, con rasgos híbridos de hombre y de mono, muy peludo, que vive supuestamente en inaccesibles lugares boscosos. Sus brazos son largos y fuertes, y sus espaldas y piernas anchas. Este tipo de seres ha sido descrito por algunos exploradores (que han llegado a considerarlos supuervivientes de alguna rama marginal del Australopithecus) y localizado especialmente en las áreas de Guinea, Congo y Tanzania. El capitán británico William Hichens aseguró haber encontrado a varios de ellos a comienzos de siglo en plena selva, aunque la mayoría de los especialistas creen que éste y otros avistamientos de seres de este tipo fueron productos del error y de la confusión con nativos de tribus indígenas selváticas.

Toonijuk: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en los territorios helados más inhóspitos del norte de Canadá, de Groenlandia y de la isla de Baffin. Como éstos, el toonijuk es un ser con rasgos híbridos de hombre y de mono, corpulento y peludo, de brazos largos y espaldas y piernas anchas. Las plantas de sus pies suelen dejar huellas gigantescas en la nieve. Muchas leyendas esquimales los tienen como protagonistas, les consideran descendientes de una raza de hombres primitivos, y les atribuyen un carácter sumamente pacífico y tímido. Alguna vez han corrido rumores, sin confirmar, sobre el descubrimiento o análisis de sus restos por antropólogos.

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Hombre de Coromandel: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en los territorios más aislados e inaccesibles de Nueva Zelanda. Su ámbito principal se encuentra, según la tradición, en la península de Coromandel, al este de Auckland, en la Isla Norte del archipiélago.

Hiba-Gon: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en algunos territorios, montañosos y aislados, de Japón. Su nombre está en relación con el del monte Hiba, en cuyas estribaciones se supone que tiene sus dominios. Según los campesinos de la zona, vive en cuevas muy aisladas, de donde sale en ocasiones para cometer robos en los huertos e incluso para atacar al ganado y a los seres humanos. Según algunas leyendas, el Hiba-Gon sería un monstruoso resultado de las bombas nucleares arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945.

Orang Pendek o Sedapa: Monstruo fabuloso que supuestamente habita en algunos territorios, selváticos y muy aislados, de la isla de Sumatra. Es de menor estatura que otros monstruos de la familia de los yetis, ya que se supone que mide entre 75 y 150 centímetros. Muchas leyendas le atribuyen la capacidad de andar al revés, o con las plantas de los pies en dirección opuesta adonde en realidad camina, con el objeto de confundir a sus perseguidores. Se le supone omnívoro, y responsable de robos y expolios en plantaciones, huertos y propiedades.

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Avistamientos

Uno de los primeros informes conocidos sobre apariciones de piesgrandes norteamericanos es de 1818, año en el que fue avistado uno en los bosques de Ellisburg, cerca de Nueva York. Gran celebridad adquirió el caso del piesgrandes que en enero de 1869 atacó un carro cerca de Gallipolis (Ohio). Pocos años después, en torno a 1875 y en varias ocasiones, fue visto en las cercanías de Morgantown (Pennsylvania) un piesgrandes de unos dos metros de estatura y ciento quince kilogramos de peso, que caminaba a cuatro patas, emitía fuertes bramidos, y robaba cerdos y ovejas a los granjeros. En 1882 fue avistado uno muy parecido en Ellington (Connecticut). Los dos granjeros que lo encontraron lo describieron como un ser muy alto y fuerte, enteramente cubierto por un pelo muy largo y espeso, con fortísimos brazos que le llegaban hasta las rodillas, ojos amenazantes, boca provista de grandes dientes y nariz aplastada como la de un mono. En el año 1958 se hicieron célebres las gigantescas huellas, de 40 centímetros de longitud por 20 de anchura, causadas por los pies desnudos de un supuesto piesgrandes en el norte de California. Años después, en 1980, se produjo uno de los más célebres casos de avistamientos de piesgrandes en los Estados Unidos. Según su propio testimonio, Charles Fulton y su familia fueron visitados por un piesgrandes de 210 centímetros y espeso pelo blanco en su casa de Mason County (Kentucky). Aunque pudieron ahuyentarle con disparos, se quedaron con la certeza de que éstos no le habían hecho en realidad ningún daño físico. Poco después, en mayo de 1981, dos pescadores de New Jersey dieron detalles minuciosos sobre otro monstruo similar. En 1982, el guardabosques Paul Freeman avistó otro en el estado de Washington, y avaló su testimonio con el hallazgo de huellas de 35 centímetros de longitud por 17 de anchura.

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En total, en todo el territorio de los Estados Unidos se han descrito más de mil casos de apariciones de piesgrandes, a algunos de los cuales se les han atribuido estaturas de hasta cuatro metros. Incluso se han llegado a producir apariciones de ejemplares hembra, como una vista por William Roe en los montes Mica de la Columbia británica, en octubre de 1955.

Los avistamientos y descripciones de yetis de las áreas montañosas del Asia central son relativamente menos frecuentes que las producidas en otros lugares del mundo. Casi todos sus rastros descritos se limitan a huellas gigantescas encontradas en la nieve. En el año 1889, el comandante L. A. Waddell, en su libro de viajes Among the Himalayas (En los Himalayas) describió de este modo aquellas huellas: «Cruzaban nuestro camino, alejándose hacia las cimas más altas, algunas huellas grandes en la nieve. Se suponía eran los rastros dejados por hombres salvajes y peludos que se cree viven en las nieves perpetuas, junto con los míticos leones blancos, cuyo rugido tiene fama de oírse durante las tormentas. Todos los tibetanos creen en esas criaturas. Sin embargo, de los muchos a quienes interrogué sobre el tema, ninguno supo relatarme un caso auténtico«.

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El teniente coronel británico C. K. Howard-Bury aseguro haber visto varios desde lejos, con sus prismáticos, durante su fallida expedición al Everest en 1921. Poco después, en 1925, el miembro de la Royal Geographical Society N. A. Tombazi aseguró haber avistado otro ejemplar. Varios exploradores más afirman haber contemplado, siempre desde lejos, yetis de escaso tamaño, nariz aplastada, cabeza alta y puntiaguda con una especie de cresta capilar, escaso vello facial y dientes grandes. En noviembre de 1949, un grupo de guías de montaña (sherpas) tibetanos entre los que figuraba Sen Tensing, que años después acompañaría a Hillary en su exitosa escalada al Everest, avistó, a unos 24 metros de distancia, y a 3.900 metros de altura, a un yeti de pelo gris y estatura similar a la de un hombre. En el decenio de 1970-1980 se produjo un incremento notable de avistamientos de huellas de yetis. Así, en diciembre de 1972, el zoólogo norteamericano E. W. Cronin descubrió huellas de de pies desnudos de 21 por 12 centímetros a 3.600 metros de altura, muy similares a otras que habían sido fotografiadas veinte años atrás. En 1974, escaladores polacos encontraron huellas de 35 centímetros de largo en la base del Everest. Y el célebre escalador Lord Hunt, que ha dirigido diversas expediciones al Everest, asegura haber encontrado este tipo de huellas en numerosas ocasiones.

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Los monstruos del tipo de los almas han sido supuestamente avistados y descritos con mucha mayor frecuencia que los yetis del Himalaya, a los que mayormente se conoce por sus supuestas huellas en la nieve. Las tradiciones nativas de los innumerables pueblos de todas estas áreas están llenas de leyendas referentes a ellos y a sus encuentros con los seres humanos. Un libro de viajes por la cadena montañosa de Tien Shan, escrito en el siglo XV, decía: «En las montañas viven pueblos salvajes que no tienen nada en común con los otros seres humanos. Una piel cubre todo el cuerpo de esas criaturas. Sólo las manos y el rostro carecen de pelo. Van por las montañas como animales y comen follaje y hierba y todo lo que pueden encontrar. El señor del territorio hizo a Egidi (un jefe tártaro que iba de viaje a Siberia) el regalo de una pareja de habitantes del bosque, un hombre y una mujer».

Una vieja tradición habla de un almas hembra, llamada Zana, que fue capturada en el siglo pasado en la región de Ochamchir. Pudo acostumbrarse a vivir entre los humanos, y se cuenta que podía realizar tareas domésticas simples. Quedó encinta de diversos padres humanos, y parió varios hijos que no podían sobrevivir tras el parto, ya que su instinto le llevaba a lavarlos con agua excesivamente fría. Cuando los aldeanos pudieron impedir estas acciones, cuatro de sus hijos pudieron sobrevivir y convertirse en hombres y en mujeres casi normales. Zana murió a finales del siglo XIX, pero dejó muchos descendientes, algunos de los cuales fueron examinados posteriormente por médicos y científicos que dejaron constancia de que su piel era más oscura y su potencia mandibular y física era mayor que la del resto de los nativos de sus comunidades. En Siberia existe la leyenda de que un tipo específico de almas, los llamados chuchunaas, son una especie de tribu de seres híbridos de hombres y monos que se dedican a la caza de renos.

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A principios de marzo de 1977 se llevó a cabo una de la Academia de las Ciencias de China, en la que participaron unos 110 miembros dirigidos por el antropólogo del Museo de Historia Natural de Pekín Zhou Guoxing. Sus resultados fueron, en todo caso, muy modestos, porque sólo pudieron recoger cabellos y heces. Los miembros de otra expedición que tuvo lugar en 1979 en Tayikistán afirmaron que habían llegado a encontrar huellas de uno de estos seres alrededor de sus tiendas de campaña, y recogieron abundantes descripciones entre los nativos.

En Australia, en las descripciones de Yahoos se han venido produciendo desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Así, en 1795, un grupo de cazadores de canguros afirmó haber visto a un gigantesco monstruo peludo, con rasgos a mitad de camino entre los del hombre y el mono, cerca de Sydney Cove, en Nueva Gales del Sur. Un pastor protestante anotó en 1844 la siguiente descripción: «aproximadamente una hora más tarde, cuando se podían discernir objetos a casi 200 metros del campamento, escuché un curioso ruido que procedía del otro lado del riachuelo. Lo vi a unos noventa metros. Parecía igual que un hombre, salvo porque era más grande. Era algo así como un gorila, de color oscuro, y dando un rugido se fue…» El 13 de abril de 1976 un grupo de cinco hombres contempló y describió a una yowie hembra, de pelo castaño oscuro y muy espeso, pechos colgantes, 240 centímetros de estatura y 120 de hombro a hombro, y con un olor muy fuerte y desagradable.Bigfoot-Ohio[1]


El Sasquatch en los mundos de fantasía

Criatura humanoide, mezcla de hombre y simio. Su piel puede cambiar de color para poder camuflarse con los alrededores. Entusiasta de los glaciares y las llanuras heladas en las que la nieve nunca se deshace, la peluda piel del Sasquatch puede imitar el color de su alrededor: la blancura helada de la nieve, el negro y gris de las rocas, y el marrón y verde de los árboles. El pesado cuerpo de gorila muestra garras en sus dedos y colmillos en la boca, bien equipado para satisfacer su apetito de carne humana.

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BIBLIOGRAFÍA

ROLEMASTER.

http://www.enciclonet.com/

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