¿Para qué se utilizan las plantas venenosas?


Además de una cuestión de supervivencia, el hombre siempre ha sentido una gran atracción por las plantas venenosas o tóxicas, no solo por lo que representan de prohibido sino porque, de su conocimiento, se podría extraer aquellos principios para beneficio propio. Según su finalidad, podemos considerar los siguientes tipos o clases de plantas venenosas:


Para matar a enemigos

Se han fabricado maderas de tejo con las que se producen heridas mortales.

Con la cicuta se elaboran tisanas mortales.

El jugo de semilla de ricino, una de las drogas más potentes del reino vegetal, se puede impregnar el extremo afilado de cualquier arma para propinar heridas mortales.


Para matar animales considerados perjudiciales

La estricnina o la nuez vómica se utilizan en la composición de muchos raticidas y forma parte del bocado letal que se usa para eliminar con ciertas piezas cinegéticas.

La mala costumbre de ingerir carne animal que se produce en casos de necesidad, puede producir el envenenamiento de una población al entrar en contacto el veneno con las cadenas tróficas.


Para alterar la mente

Un veneno no tiene porqué matar para ser considerado como tal. Hay ciertas drogas que alteran el estado de la conciencia. El hombre las ha venido utilizando habitualmente bien en busca de un mundo diferente al real, o bien para buscar sensaciones placenteras nuevas.

El opio produce adicciones o el estramonio que es el produce mas envenenamientos en todo el mundo, genera alucinaciones.


Para realizar conjuros o ceremonias mágicas

Se utilizan para crear una unión entre el usuario y la magia o la divinidad, como una manera de romper con la realidad y establecer una unión con otra realidad mística.

En la edad media la belladona proporcionaba el «viaje» hacia un mundo misterioso de espíritus y brujas.

En Sudamérica la mezcalina del peyote permite romper con la materia y la racionalidad para elevar la conciencia a un estado de unión con la divinidad.

Desde otro punto de vista, también se contempla como una manera de conseguir la curación de las enfermedades, como la medicina que puede reunir al hombre con el espíritu maligno que produjo la enfermedad.

 

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