Personajes Históricos: Corocotta


El personaje de Corocotta únicamente aparece citado por las fuentes clásicas en una ocasión. Es el historiador y senador romano Dion Casio (155-después de 235) el único que le cita. Lo hace en su Historia Romana (LVI, 43, 3), pero no en el contexto de las guerras cántabras, sino al final del principado de Augusto y tras la muerte del emperador (año 14 d. de C.).

Al narrar algunas anécdotas de su vida, dice únicamente que Augusto estaba irritado con un «bandido de Iberia» llamado Corocotta y que ofreció una recompensa por él; que cuando éste se entregó voluntariamente no le causó daño y le entregó el dinero prometido por su captura. Nada más nos indica sobre la vida de Corocotta anterior o posterior a este episodio de la vida de Augusto, con el que el historiador grecorromano quiso ilustrar la magnanimidad del emperador.

En ningún caso se dice además que Corocotta se presentase audazmente a cobrar la recompensa y dejase boquiabierto a Augusto con su bizarro gesto de colarse hasta la tienda del mismísimo emperador (lo que les habría costado a los que estuviesen de guardia en las puertas del campamento y a la misma guardia personal del emperador un castigo ejemplar por incompetentes), como ha pretendido el chovinismo popular local, ni se especifica a qué pueblo pertenecía ni qué hechos de armas protagonizó para que merezca el rango de figura ‘heroica’.

Se citaban estas cosas de Augusto, y se decía además que se enfadaba con quienes le habían ofendido pero sin llegar a perder el control, y que mantenía fielmente su palabra incluso con quienes no eran dignos de ella. Un ejemplo: en un primer momento llegó a estar tan enfadado con un tal Corocotta, un bandido famoso de Iberia, que prometió doscientas cincuenta mil dracmas (=denarios) a quien lo capturase. Pero como Corocotta acabó por entregarse voluntariamente, no sólo no le causó ningún daño sino que le entregó la recompensa prometida.

Dion Crasio


La construcción de un mito

Los historiadores contemporáneos dan credibilidad al relato de Dion Casio, quien, a pesar de que recupera la historia romana más de doscientos años después, bebe de otras obras que no han llegado hasta nosotros. No obstante, hay que preguntarse por qué otros historiadores antiguos que documentan las guerras cántabras no aluden a este episodio, cuando siempre se les ha atribuido tendencia a encumbrar la figura del emperador con grandes victorias sobre sus enemigos.

La falta de datos ha multiplicado las interpretaciones y una fácil de alimentar ha sido convertir a Corocotta en un símbolo de los cántabros –en Asturias no ha sucedido lo mismo– y de su oposición a Roma. Pero esto es complicado de entender si lo que sucede es que al final el ‘bandolero’ pacta, llega a un acuerdo con su rival, Roma, y por extensión con su máxima autoridad, Augusto.240px-Spain.Santander.Estatua.Monumento.al.Cantabro


Bibliografía

El diario montañés

Enciclonet

Los cántabros. Desde los orígenes hasta las Guerras Cántabras. Rafael Palacio Ramos, Narciso Herreros Cleret de Langavant y Rafael Guerrero Elecalde. Gobierno de Cantabria.

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