Género Lingüístico Femenino del Castellano – Formación del femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas


Aunque en el modo de marcar el género femenino en los sustantivos que designan profesiones, cargos, títulos o actividades influyen tanto cuestiones puramente formales —la etimología, la terminación del masculino, etc.— como condicionamientos de tipo histórico y sociocultural, en especial el hecho de que se trate o no de profesiones o cargos desempeñados tradicionalmente por mujeres, se pueden establecer las siguientes normas, atendiendo únicamente a criterios morfológicos:

  • Aquellos cuya forma masculina acaba en -o forman normalmente el femenino sustituyendo esta vocal por una -a:

bombero/bombera, médico/médica, ministro/ministra, ginecólogo/ginecóloga.

Hay excepciones, como piloto, modelo o testigo, que funcionan como comunes:

el/la piloto, el/la modelo, el/la testigo

NOTA: No debe considerarse una excepción el sustantivo reocuyo femenino etimológico y aún vigente en el uso es rea, aunque funcione asimismo como común: la reo).

También funcionan normalmente como comunes los que proceden de acortamientos:

el/la fisio, el/la otorrino

En algún caso, el femenino presenta la terminación culta -isa (del lat. -issa), por provenir directamente del femenino latino formado con este sufijo:

diácono/diaconisa

Excepcionalmente hay voces que tienen dos femeninos, uno en -a y otro con la terminación -esa (variante castellana de -isa):

Diablo, fem. diabla o diablesa; vampiro, fem. vampira o vampiresa.

  • Los que acaban en -a funcionan en su inmensa mayoría como comunes:

el/la atleta, el/la cineasta, el/la guía, el/la logopeda, el/la terapeuta, el/la pediatra.

En algunos casos, por razones etimológicas, el femenino presenta la terminación culta -isa: profetisa, papisa. En el caso de poeta, existen ambas posibilidades:

la poeta/poetisa.

También tiene dos femeninos la voz guarda,aunque con matices significativos diversos:

la guarda/guardesa.

Son asimismo comunes en cuanto al género los sustantivos formados con el sufijo -ista:

el/la ascensorista, el/la electricista, el/la taxista.

NOTA: Es excepcional el caso de modista, que a partir del masculino normal el modista ha generado el masculino regresivo modisto.

  • Los que acaban en -e tienden a funcionar como comunes, en consonancia con los adjetivos con esta misma terminación, que suelen tener una única forma (afable, alegre, pobre, inmune, etc.):

el/la amanuense, el/la cicerone, el/la conserje, el/la orfebre, el/la pinche.

Algunos tienen formas femeninas específicas a través de los sufijos -esa, -isa o -ina:

alcalde/alcaldesa, conde/condesa, duque/duquesa, héroe/heroína, sacerdote/sacerdotisa (aunque sacerdote también se usa como común: la sacerdote).

NOTA: En unos pocos casos se han generado femeninos en -a, como en jefe/jefa, sastre/sastra, cacique/cacica.

Dentro de este grupo están también los sustantivos terminados en -ante o -ente,procedentes en gran parte de participios de presente latinos, y que funcionan en su gran mayoría como comunes, en consonancia con la forma única de los adjetivos con estas mismas terminaciones (complaciente, inteligente, pedante,etc.):

el/la agente, el/la conferenciante, el/la dibujante, el/la estudiante.

No obstante, en algunos casos se han generalizado en el uso femeninos en -a, como clienta, dependienta o presidenta. A veces se usan ambas formas, con matices significativos diversos:

la gobernante (‘mujer que dirige un país’) o la gobernanta (en una casa, un hotel o una institución, ‘mujer que tiene a su cargo el personal de servicio’).

  • Los pocos que terminan en -i o en -u funcionan también como comunes:

el/la maniquí, el/la saltimbanqui, el/la gurú.

  • En cuanto a los terminados en -y, el femenino de rey es reina, mientras que los que toman modernamente esta terminación funcionan como comunes:

el/la yóquey.

  • Los que acaban en -or forman el femenino añadiendo una -a:

compositor/compositora, escritor/escritora, profesor/profesora, gobernador/gobernadora.

En algunos casos, el femenino presenta la terminación culta -triz (del lat. -trix, -tricis), por provenir directamente de femeninos latinos formados con este sufijo:

actor/actriz, emperador/emperatriz.

  • Los que acaban en -ar o -er, así como los pocos que acaban en -ir o -ur, funcionan hoy normalmente como comunes, aunque en algunos casos existen también femeninos en -esa o en -a:

el/la auxiliar, el/la militar, el/la escolar(pero el juglar/la juglaresa), el/la líder (raro lideresa), el/la chofer o el/la chófer(raro choferesa), el/la ujier, el/la sumiller, el/la bachiller (raro hoy bachillera), el/la mercader (raro hoy mercadera), el/la faquir, el/la augur.

  • Los agudos acabados en -n y en -s forman normalmente el femenino añadiendo una -a:

guardián/guardiana, bailarín/bailarina, anfitrión/anfitriona, guardés/guardesa, marqués/marquesa, dios/ diosa.

Se exceptúan barón e histrión, cuyos femeninos se forman a través de los sufijos -esa e -isa, respectivamente:

baronesa, histrionisa.

También se apartan de esta regla la palabra rehén, que funciona como epiceno masculino (el rehén) o como común (el/la rehén), y la voz edecán, que es común en cuanto al género (el/la edecán).

Por su parte, las palabras llanas con esta terminación funcionan como comunes:

el/la barman.

  • Los que acaban en -l o -z tienden a funcionar como comunes:

el/la cónsul, el/la corresponsal, el/la timonel, el/la capataz, el/la juez, el/la portavoz,

En consonancia con los adjetivos terminados en estas mismas consonantes, que tienen, salvo poquísimas excepciones, una única forma, válida tanto para el masculino como para el femenino:

dócil, brutal, soez, feliz (no existen las formas femeninas *dócila, *brutala, *soeza, *feliza).

NOTA: No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado con cierto éxito un femenino en -a, como es el caso de juez/jueza, aprendiz/aprendiza, concejal/concejala o bedel/bedela.

  • Los terminados en consonantes distintas de las señaladas en los párrafos anteriores funcionan como comunes:

el/la chef, el/la médium, el/la pívot.

NOTA: Se exceptúa la voz abad, cuyo femenino es abadesa. Es especial el caso de huésped, pues aunque hoy se prefiere su uso como común (el/la huésped), su femenino tradicional es huéspeda.

  • Independientemente de su terminación, funcionan como comunes los nombres que designan grados de la escala militar:

el/la cabo, el/la brigada, el/la teniente, el/la brigadier, el/la capitán, el/la coronel, el/la alférez.

Los sustantivos que designan por el instrumento al músico que lo toca:

el/la batería, el/la corneta, el/la contrabajo

Y los sustantivos compuestos que designan persona:

el/la mandamás, el/la sobrecargo, un/una cazatalentos, un/una sabelotodo, un/una correveidile.

  • Cuando el nombre de una profesión o cargo está formado por un sustantivo y un adjetivo, ambos elementos deben ir en masculino o femenino dependiendo del sexo del referente; por tanto, debe decirse la primera ministra, una intérprete jurada, una detective privada, etc., y no la primera ministro, una intérprete jurado, una detective privado, etc.: «Me llamo Patricia Delamo y soy detective privada».

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