Puede parecer, después de leer el título de esta entrada, que la novela de esta reseña es de alguna saga o algún libro con un título con gancho, pero nada más lejos de la realidad. Para ser sincero, es una especie de libro de autoayuda con la filosofía de una de las escuelas de pensamiento de la Grecia Clásica, aplicando cada uno de sus principios básicos del estoicismo en la vida actual.
La pregunta aquí es: ¿Cómo ha ido a parar un libro de este tipo a mis manos cuando no soy muy creyente en este tipo de novelas? Pues la respuesta es muy simple: no tengo ni idea. Si bien es verdad que el pensamiento estoico siempre se ha estado alineado con mi forma de pensar y de «vivir la vida», no es algo en lo que haya pensado con habitualidad.
Cuando he buscado información sobre el escritor Ollie Snider, he encontrado una autodescripción hilada con el contenido del libro, aunque no englobado en el pensamiento estoico del mismo sino con el del clásico perfil vende humos de verborrea barata y éxito dudoso, estilo Llados. Y con éxito, me refiero al de conseguirlo sin aprovecharse de la esperanza de la gente en forma de estafa piramidal. En el caso de Snider, su mantra es el PLN o Programación Neurolingüística, que no dudo que pueda funcionar, pero dentro del perfil adecuado, como el de un gurú y no el de un tonto ilustrado, también llamado «Efecto Dunning-Kruger».
Puede parecer una crítica dura hacia el autor, una falacia Ad Homine, pero tan solo me baso en la lectura de su novela y en cómo se describe él mismo, y aquí me explayo un poco más. El libro comienza explicando lo que es el estoicismo, los conceptos básicos de la escuela griega y sus principales pensadores y escritores de la antigüedad como Marco Aurelio, Séneca o Epicteto. A continuación, coge cada uno de estos principios, los explica en diferentes capítulos y los desarrolla sin profundizar en los mismos de forma banal, y en numerosas ocasiones de manera repetitiva, para terminar cada capítulo con prácticas muy parecidas basadas en la meditación y en la serenidad. Un mensaje bueno, sencillo y muy aprovechable.
Pero antes de dar una valoración final y constructiva, voy a hacer un repaso general de las diferentes corrientes de pensamiento de las escuelas griegas para que el lector pueda discernir las diferencias de cada una de ellas.
Las Escuelas Griegas
El periodo que abarcan las corrientes filosóficas griegas sobre las que asienta el pensamiento occidental es desde la muerte de Alejandro Magno, 323 A.C., hasta la conquista de Macedonia por parte de los romanos en el año 148 A.C. o algunos historiadores lo extenderían hasta el periodo de Cleopatra sobre el 30 a.C.
Hay que tener presente que cada una de las escuelas toma de las enseñanzas de Sócrates un estilo de vida para lograr la felicidad. Éstas filosofías de vida pretendían dar una solución a la existencia humana a partir de la «Praxis», en las cuales se partía del fin del hombre: ser feliz, desde una cosmovisión que rige sus comportamientos y concepciones de vida.
Estoicos
Fundada por Zenón de Kitión en Atenas. Su nombre proviene del lugar en donde se reunían, que significaba «Pórtico Pintado» y era un pórtico con un jardín pintado con escenas de la Guerra de Troya. Admitía la existencia de un dios supremo, pero que su poder podía caer sobre otros dioses menores e incluso en personas que se deificaban.
El estoicismo buscó evitar el dolor, sin necesidad de buscar el placer como alternativa, ya que un nuevo placer puede abrir la puerta a un nuevo tipo de dolor, perdiendo el placer que originariamente se tenía. La riqueza puede perderse, la salud decaer y el amor muere. Por lo que el único modo de vida es ponerse más allá del placer y el dolor:
- Prepararse para no ser esclavo de la pasión y del temor, tratar la felicidad y la tristeza con indiferencia.
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- Si no deseamos nada, no tenemos el temor de perderlo.
- Todo lo que importa está en el interior del hombre.
- Al ser nuestros propios dueños, no debemos de ser esclavos de nadie más.
- Al tener una vida regida de acuerdo a la ética, no tendremos que sufrir ante las incertidumbres cotidianas.
Cínicos
Fundada por Epicureo, entendían la filosofía como la medicina del alma. La filosofía no se estudiaba para adquirir cultura sino para ser feliz. Consideraba que el universo estaba formado por diminutas partículas llamadas átomos. Para ellos, el mundo consistía en la ruptura y reordenamiento de los átomos, por lo que se terminaba excluyendo la participación de los dioses en la vida humana. Este movimiento hace consciente al hombre de dos cosas: el placer y el dolor. Por lo que todo comportamiento se basa en perseguir el mayor placer y huir del dolor. Resulta que el mayor placer se encuentra también en aquello que no produce dolor: comer en exceso duele de la misma forma que tener hambre.
Epícureos
Fundada por Epicureo, entendían la filosofía como la medicina del alma. La filosofía no se estudiaba para adquirir cultura para ser feliz. Consideraba que el universo estaba formado por diminutas partículas llamadas . Para ellos, el mundo consistía en la ruptura y reordenamiento de los átomos, por lo que se terminaba excluyendo la participación de los dioses en la vida humana. Este movimiento hace consciente al hombre de dos cosas: el placer y el dolor. Por lo que todo comportamiento se basa en perseguir el mayor placer y huir del dolor. Resulta que el mayor placer se encuentra también en aquello que no produce dolor: comer en exceso duele de la misma forma que tener hambre.
Escépticos
Fundada por Pirrón de Elis, oponiéndose a los filósofos que él consideraba «dogmáticos», aquellos que se creían seguros de haber encontrado la verdad. Sus creencias se basaban en la filosofía como búsqueda o indagación continua, que no termina.
Todas las opiniones se basan en la tradición y son convencionales. Por eso no hay razones para considerar a una más verdadera que su contraria. La única actitud sensata sería suspender el juicio por medio de la ética de la imperturbabilidad (ataraxia): ya que no podemos saber nada con certeza acerca de las cosas del mundo, lo apropiado es mantener una absoluta indiferencia ante las cosas, para que ninguna percepción o vana opinión perturbe nuestro ánimo.
En definitiva, «El Camino del Estoico» es una buena forma de adentrarte en los principios fundamentales de esta escuela griega, aunque no si tienes que comprar un ejemplar. creo que el precio es demasiado abultado para lo que da y lo que tiene entre sus páginas: un libro escueto, con un interlineado exageradamente grande y un contenido que se me ajusta escaso.
Si lo se busca es profundizar en los principios de este concepto filosófico y poder así adaptarlo a tu vida diaria, seguro que encuentras lecturas mucho más amenas y didácticas entre la infinidad de novelas que podrás encontrar sobre este tema, y no un libro de fácil venta y mucha «hajarasca».
Valoración 3/10
Leyendas de los Mirdalirs 