Reseñas del Autor: De qué hablo cuando hablo de escribir


La novela llegó a mis manos fruto de una conversación entre escritores nóveles. Mi amiga Erin, trabaja bajo un seudónimo, me propuso ésta lectura por nuestra pasión común por la escritura y como recomendación, porque en ella, el autor describe desde su propia experiencia qué es lo que le llevó a comenzar a escribir y cómo ha sido todo el proceso en sus casi cuarenta años dedicados a la escritura.

Haruki Murakami es el típico autor extranjero de renombre, leído por mucha gente de toda clase y condición, valorado por las personas que suelen leer bastante, pero también el clásico utilizado para dárselas de ilustrado y culto. Conocidos, amigos, compañeros de trabajo… un porcentaje alto en algún momento de mi vida ha tenido o llevado encima un libro de Murakami y lo saca o lo lleva en una mochila a la playa para decir: «lo estoy leyendo», «deberías de leerlo, es fantástico… Explicación larga, inventada e irrelevante… ya te lo dejaré», «¿Cómo?, no conoces a Murakami». Todas estas son expresiones mencionadas delante de mí o dirigidas a mi persona. Al menos esa es mi percepción. Y cuando eso sucede me suelo negar en redondo a leer este tipo de relatos o a sus novelistas. Me resulta molesto la verdad.

De la misma forma sucedió con la novela de «El código Da Vinci» de Dan Brown. Cuando la popularidad llegó a su momento álgido, todo el mundo especulaba con los códigos ocultos citados en la novela y comentaba tal o cual cosa como si fuese una verdad absoluta, e incluso se cuestionaban cosas reales de la historia, referidas en una novela de ficción y de dudosa fiabilidad. Con esto no quiero decir que el libro sea bueno o malo, no lo critico. Juzgo la hipocresía y el postureo de la gente, aunque si lo pienso bien ahí radica el éxito de la narración, hacer que el lector se platee ese tipo de cosas sin tener ningún fundamento sólido y, según dicen los expertos en realizar reseñas, con una redacción floja o vulgar.

De igual modo, Murakami en el libro «De qué hablo cuando hablo de escribir», narra cómo en su juventud, cuando ganó el premio Akutagawa con su primera obra como autor novel «Escucha la canción del viento», le llovieron innumerables críticas negativas hacia el libro y a su manera de escribir. Después, en los años venideros, las opiniones adversas e incluso ofensivas lo llevaron a marcharse de su país natal hasta alcanzar un gran éxito en Estados Unidos y Europa, así como Asia oriental o Rusia. Sorprende que alguien nominado al premio nobel de literatura haya podido acumular tal cantidad de reprobaciones en casi todas sus obras. Sin embargo, sus lectores siempre se han mantenido fieles a su forma de contar y narrar sus pasajes, con un lenguaje simple y directo, fresco y ameno, hasta auparlo a lo más alto de la literatura actual.

Murakami nació en 1949 en Kyoto, es traductor y escritos de novelas, ensayos y relatos. Ha sido galardonados con infinidad de premios alrededor de todo el mundo y sus obras han sido traducidas a cincuenta idiomas. Este gran escritor ha sido capaz de mantenerse en los más alto durante casi cuarenta años, algo que no es nada desdeñable.  Algunos quizás esperen una vida alborotada y llena de excesos, a un excéntrico escritor encerrado todo el día en su pequeño estudio en el centro de Tokyo o tal vez se concibe la idea de alguien que ha padecido y sufrido penurias hasta llegar a convertirse en un gran escritor después de leer esta parte de la reseña… Nada más lejos de la realidad. Él mismo se describe dentro de la novela como una persona individualista, perseverante, a quien no le gustan los focos ni la fama, con una infancia buena y una educación saludable, trabajador y con una esposa con quien lleva toda la vida. Un estereotipo muy alejado del tormentoso ideal que tienen los lectores sobre los grandes genios de la literatura.

Cuando empecé a leerlo no tenía demasiadas expectativas salvo el tan común: «ya verás cómo te va a gustar», el hecho de ser Murakami o que explicase el proceso de convertirse en un gran escritor. Sin embargo y a pesar de ser una lectura amena, no me ha resultado un libro especialmente revelador, no lo digo por ser pretencioso, sino porque muchas de las cosas que describe las he vivido en parte. Me refiero sobre todo a los comienzos, a las primeras críticas, al esfuerzo de estar horas escribiendo en cualquier sitio, a darte cuenta de que hagas lo que hagas te van a criticar… Una serie de cosas que me han resultado familiares y alguna que otra anécdota curiosa, pero no he podido extraer mucho más de esta novela.

Sinceramente, la descripción de cómo alguien de tal renombre ha llegado a convertirse en un escritor y a los problemas derivados de todo ese proceso es lo más destacable de «De qué hablo cuando hablo de escribir», aunque dudo mucho que alguien sin la afición por la escritura pueda disfrutar de esta novela lo suficiente como para entenderla y apreciarla del todo. Quizás el problema sea ese: no es una novela, sino un conjunto de relatos guardados en un cajón y que un día Murakami se le ocurrió sacar y completar para escribir un libro.

Aunque parezca no haberme gustado el libro, la lectura es amena y ágil, además de permitirte conocer un poco más de cerca al autor. Sin duda le daré otra oportunidad e Intentaré adentrarme en otro de sus libros más icónicos «De qué hablo cuando hablo de correr» y disfrutarlo tanto como lo hizo mi amigo Michel un día de playa en Santa Cruz de Tenerife explicando las bondades de esa buena lectura. Y sí, él no intentaba convencerme de ser un ávido lector o tratar de impresionarme, disfrutaba con esa lectura tan agradable y yo de una charla cómo siempre tan trascendental.

VALORACIÓN: 6/10

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